
En 1950 se introdujeron los primeros dispositivos de carburo y agua. La
ignición se realizó con sílex, el control del instrumento fue mecánico y
el intervalo de disparo se reguló por el volumen de agua, es decir, se
controló a través del volumen de gas producido resultante. Más tarde se
utilizó gas acetileno y propano, mientras que el pedernal fue
sustituido, con el paso del tiempo, por un encendido de alta tensión más
fiable `piezo´


Se observó que el sistema regular de un solo disparo no permitía una
protección fiable de los cultivos durante un período prolongado. Se
desarrolló un sistema de control mecánico en el que se administraron dos
disparos en rápida sucesión. Este desarrollo mejoró la eficacia del
equipo, pero fue costoso y propenso al mal funcionamiento.

En 1988 se introdujeron los dispositivos de choque sónico controlados
electrónicamente. Esto supuso un gran salto hacia la defensa efectiva a
largo plazo de los cultivos, aportando fiabilidad y mayor aplicación.
